Vocación. Policía a prueba de ataques

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 22 de junio)SALTILLO, Coah., junio 30 (EL UNIVERSAL).- Le dicen "El Sonrics" y él acepta el apodo de buena gana y se describe como un hombre feliz; un policía feliz. En febrero de 2017, al mediar entre una mujer y su agresor, parte de su rostro y cuello fue rociado con ácido muriático. Estuvo nueve meses en cama, no hubo compensación, ni reconocimiento, pero tampoco hay rencor ni miedo, además, la sonrisa quedó intacta.

"Me tocaba la cara y la piel se me caía a pedazos, mi hija Abigail ?de dos años? se me acercaba, me quería abrazar, dar un beso y me decía: `Quítate el chocolate´, pero no era chocolate, era lo quemado de mi rostro", relata Raúl Salatiel Camarillo Luján, policía municipal. El agente nos recibe en su oficina, en la sede de la delegación de la Policía Preventiva Municipal de Saltillo, Coahuila. Aquí fue confinado, luego del accidente. El médico le ordenó que cuidara que no le diera el sol a su piel, porque le haría daño.

Espigado, de tez morena, el joven agente, quien luce un uniforme impecable, nos platica que tiene 23 años y más de cuatro de pertenecer a la corporación.

"Llegue aquí por convicción, desde niño soñaba con ser policía, es mi vocación", reitera el hombre.

"Formaba parte del grupo de Reacción Centauro de la Policía Municipal de Saltillo. El 9 de febrero de 2017, a las dos y media de la tarde, conducía la patrulla 1365 con tres compañeros ?tres hombres y una mujer?", relata.

"Me faltaba media hora para salir. Ese día pedí permiso para irme una hora antes a casa porque era el cumpleaños de mi hijita Abigail y le había prometido estar en su fiesta", narra. Hace una pausa, suspira y retoma la historia con voz baja, como para sí, "con todo el relajo no recuerdo si la festejamos o no".

"Hacíamos el rondín de vigilancia de rutina en la zona centro de Saltillo, conducía la unidad, cuando Óscar, el encargado de grupo, me ordenó que le dejara el volante puesto que él iba a manejar, por eso me bajé y me fui a sentar al lugar del copiloto", narra.

En ese momento nos reportaron por radio que una mujer era agredida por un sujeto en el cruce de las calles de Allende y Victoria en el centro de la ciudad.

Llegamos pronto al punto, que está atrás de Palacio de Gobierno: "Me bajé primero y le pedí al sujeto que se calmara, pero él, [que después se supo se llama Jorge Arturo García Martínez], le aventó a la muchacha el ácido muriático que llevaba en un galón de plástico.

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