Zeta-Jones separa amor del trabajo

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 2 de abril)Erika Mornoy, enviada

PASADENA, EU, abril 8 (EL UNIVERSAL).- Es difícil que Catherine Zeta-Jones pase desapercibida. La galesa luce su estatura (1.70) y con su porte atrae las miradas sin problemas.

Entra a la habitación, sonríe y saluda. Mirándola de cerca parece que el tiempo se detuvo y que se quedó en 1998 con su personaje de Elena en La máscara del Zorro.

Los detalles en ella son muchos, pero hay uno que brilla con particularidad: su anillo de bodas. La sortija luce grande y ostentosa. Aquella joya cumplirá 18 años en el dedo de la actriz a finales de noviembre. Y sólo cuando habla de su esposo, la actriz apapacha el anillo de manera sutil.

El romance con Michael Douglas ha sobrepasado crisis e incluso enfermedades de ambos. Además de pareja, son colegas que, curiosamente, pocas veces se pasan notas sobre sus trabajos. Sin embargo, el año pasado, ella se acercó a Michael para pedir un consejo en el ámbito profesional.

El reto era darle vida a una de las narcotraficantes colombianas más importantes: Griselda Blanco, una mujer que estuvo a la altura de Pablo Escobar y que para la actriz se volvió un personaje apasionante y por eso recurrió a su esposo.

"Me dijo: 'Recuerda, no tienes que hacer mucho. Eres más aterradora cuando haces nada'. Tomé esa nota, porque a veces vas en tu hora 17 del día, una nueva escena, con un nuevo set y como actriz está la tensión de llevarlo todo a su máximo nivel, no confías en lo que tienes en la mente. Así que pensé: 'Al diablo: no tengo que hacer nada'. Ese fue el fantástico consejo que me dio mi esposo", dijo la actriz.

Con la película para la televisión Griselda: La reina de la cocaína, Zeta-Jones se puso...

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